3 moralejas sobre bolsa
Ahora que tenemos muy reciente la orgía bursátil que hemos vivido estos últimos años, (encabezada especialmente por una carnavalesca especulación inmobiliaria), creo que es un buen momento para recordar estas tres reflexiones sobre el mercado de valores.
Primera
Joseph Kennedy retiró su dinero del mercado de acciones antes del crac de 1929 después de haber escuchado en la calle como numerosos desconocidos (incluyendo su limpiabotas) hablaban de la especulación en bolsa.
Si la respuesta natural produjera ganancias en bolsa el inversor medio estaría cubriéndose de oro, cosa que no sucede
Cuando en los periódicos todo son buenas noticias es hora de ir pensando en cerrar posiciones. Resulta una conclusión tan sólida como aparentemente disparatada: si la respuesta emocional común y natural produjera ganancias en bolsa el inversor medio estaría cubriéndose de oro, cosa que, como bien sabemos, NO SUCEDE.
En los mercados financieros unos ganan el dinero que otros pierden, por lo que es imposible que todos obtengan plusvalías. Generalmente hay unos pocos que ganan mucho, (especialmente bancos y empresas), y otros muchos que pierden buena parte de sus ahorros, (hacen falta muchos “peces pequeños” para alimentar uno grande.)
Recuerda que no es tan importante lo que seas capaz de ganar en época de bonanzas como lo que puedas conservar cuando vienen mal dadas. Una adecuada metodología de compra-venta de valores perderá dinero tarde o temprano si no sabemos gestionar los riesgos convenientemente.
Segunda
Se puede atrapar un mono enterrando un frasco de nueces, de boca estrecha, en el suelo. Llega el mono, pone su pata en el frasco y toma un puñado de nueces. Pero la boca del frasco es demasiado estrecha para permitirle retirar el puño mientras lo tenga cerrado. El mono no quiere soltar las nueces y por tanto queda atrapado.
Cantos de sirena nos invitan a ganar dinero fácilmente
Pasando por alto el consabido paralelismo entre la bolsa y los casinos no está de más que recordemos la eterna seducción de los mercados. Cantos de sirena que nos invitan a ganar dinero fácil, sin mover el culo del ordenador, con una cuenta en línea que gestionamos incluso en horas de trabajo.
Si además tenemos toda clase de utilidades informáticas que refuercen esa sensación de control, tanto mejor para emprender “con garantías” nuestra propia fiebre del oro.
De la misma forma que apostamos, ganamos algo y volvemos a por más, también sucede que, tarde o temprano, uno queda enganchado hasta que no hay vuelta atrás.
Tercera
Un pollo veía que día a día el granjero lo alimentaba de lujo sin nada a cambio.
Dado que esto sucedía hacía tiempo, el pollo dedujo que los granjeros son amantes de los animales, especialmente de los pollos, a los que dedican su vida para que no les falte de nada.
El día siguiente el pollo murió degollado por el granjero.
Somos perezosos por naturaleza, nos gusta que nos digan qué valor comprar y cual vender. ¿Te suenan las expresiones: “esta es una inversión conservadora” o “tiene escaso recorrido al alza o a la baja”?
Si la acciones rindieran menos que las cuentas de ahorro las bolsas acabarían por extinguirse
Si las acciones rindieran menos que las cuentas de ahorro o parecido, los riesgos no compensarían unos resultados tan mediocres y la financiación de las empresas a través de los mercados de valores no sería viable.
Es por ello que la volatilidad debe ser estimulada y el riesgo recompensado por los mercados. El RIESGO es inherente a la bolsa.
Si te gustan las emociones fuertes, comprar “gangas” y jugar duro te felicito de que tengas la capacidad de sobrevivir operando así. Probablemente ya seas millonario o, por mera estadística, lo más probable es que lleves poco tiempo especulando y te estén esperando al otro lado de la esquina con el mazo y el saco.
No olvides aquello que decía incansablemente el capitán Furillo en la serie “Canción triste de Hill Street”:
“Tengan mucho cuidado ahí fuera.”